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Sociedad. Invitar a tu ex a tu boda: ¿buena o mala idea?

Sociedad. Invitar a tu ex a tu boda: ¿buena o mala idea?

Crear la lista de invitados a tu boda puede ser un dilema abrumador. ¿Deberías invitar a tu expareja al evento? Aunque la mayoría prefiere seguir adelante, otros prefieren celebrar su felicidad rodeados de todos sus seres queridos, incluso en privado.
Según una encuesta, 9 de cada 10 parejas deciden no invitar a sus exparejas a su boda. Foto ilustrativa (Pexels)
Según una encuesta, 9 de cada 10 parejas deciden no invitar a sus exparejas a su boda. Foto ilustrativa (Pexels)

Cuando se casó con Kate Middleton en 2011, el príncipe William decidió invitar a cuatro de sus exnovias. El príncipe Harry , al casarse con Meghan Markle en 2018, también invitó a dos exnovias. ¿Te sorprende?

Al igual que ellos, Maryline, una lectora de 39 años, se casó hace dos años. Entre los invitados estaba su expareja, quien también es padre de su hijo de 6 años. La cuestión de la invitación era bastante obvia para ella. "Hace tiempo que pasamos página, cada uno ha reconstruido su vida, nos hemos mantenido en buenos términos y seguimos viéndonos porque tenemos a nuestro pequeño. En mi caso, él tuvo su lugar en mi boda y eso no fue ningún problema", nos cuenta.

¿Malestar general o madurez?

¿Deberías invitar a tu ex a tu boda? Sin embargo, esta delicada pregunta no es obvia para todos los futuros novios . ¿Es inapropiado, incluso arriesgado? ¿O, por el contrario, es prueba de una relación pasada, ahora enterrada, y una forma de madurez? "Es mejor evitar mezclar el pasado romántico con el presente, sobre todo en un día tan importante como tu boda", dice Sébastien, un lector de Isère. Al igual que él, según una encuesta de Mariages.net , 9 de cada 10 parejas deciden no invitar a sus exparejas a su boda (*). La principal razón esgrimida: el temor de que la presencia de un ex genere malestar general durante la recepción, ya que el pasado romántico a veces sigue siendo un tema delicado. Sylvie, de Saboya, ni siquiera se atreve a "creer en este tipo de invitación". ¿Cuántas parejas separadas se llevan bien hasta el punto de invitarse mutuamente a la boda de uno u otro?", pregunta.

Y, sin embargo, no todas las historias de amor terminan en odio. Entre quienes deciden invitar a su expareja, el 36 % afirma que la amistad ha primado sobre el romance. Otros (el 19 %) lo ven como una forma simbólica de cerrar un capítulo sin rencor, mientras que el 16 % cree que demuestra claramente que se ha pasado página. Finalmente, el 30 % cita razones secundarias, como una muestra de buena comprensión con la expareja del cónyuge actual, sin llegar a la amistad. Con la edad promedio para contraer matrimonio ahora en 36 años, las historias de vida y las experiencias románticas previas a la unión suelen ser más enriquecedoras.

Sin embargo, para muchos, el simbolismo del matrimonio sigue siendo demasiado fuerte como para arriesgarse a involucrar a una figura del pasado. Además, la idea de que ver a un ex el día de la boda despertará sentimientos ocultos es un cliché que sigue muy presente y que ha sido ampliamente explotado por series de televisión y cine.

La encuesta de Mariages.net revela que el 30% de los encuestados cree que "el pasado ya pasó", el 12% piensa que su pareja actual podría estar celosa y el 5% teme que su ex reaccione mal, incluso arruinando la fiesta. Estas preocupaciones subrayan la importancia del diálogo en la pareja: si uno de los miembros quiere invitar a su ex, es fundamental una conversación sincera, porque tras ese nombre en la lista a veces se esconden pensamientos o inseguridades no expresados.

¿Y qué pasa con los ex?

Recibir una invitación a la boda de un expareja también puede ser confuso. Según la misma encuesta, solo el 12% de los encuestados aceptaría asistir sin problema. El dilema en este caso es más bien: aceptar y disfrutar, afrontar el pasado o declinar cortésmente. La respuesta, de nuevo, depende del contexto: la claridad de sentimientos, la calidad de la relación actual y el respeto mutuo.

Sin embargo, una regla parece ser consensuada: si existe alguna duda sobre la naturaleza de la relación, es mejor abstenerse. Porque una boda, más allá de la celebración, es un compromiso. Y si es posible dejar espacio para el pasado, solo es con la condición de que se acepte plenamente... y se termine de verdad.

Muestra de 1.600 personas encuestadas en la comunidad de Instagram Mariages.net en junio de 2025.

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