Psicología: Cómo reconocer la ira reprimida

Solemos asociar la ira con algo ruidoso, con gritos y alaridos. Sin embargo, la ira, sobre todo cuando se reprime, puede manifestarse de maneras completamente diferentes.
La ira tiene una reputación mucho peor de la que merece. Es una emoción útil que nos muestra nuestros límites y nos indica claramente cuándo es necesario actuar. Pero como la ira, especialmente entre las mujeres, está socialmente mal vista, a menudo la reprimimos. Claro que esto no ayuda, porque reprimir una emoción no significa que desaparezca. Al contrario: puede resurgir en los momentos más inoportunos o manifestarse en otros sentimientos y comportamientos. Hay cinco patrones particularmente comunes que surgen cuando se reprime la ira.
Estas 5 señales indican ira reprimida 1. Aversión al conflictoMuchas personas aprendieron de niños que la ira es maligna, incluso inmoral. Esto les hace temer sus propios sentimientos y experimentar conflictos internos cada vez que se enfadan. Como mecanismo de afrontamiento, desvían rápidamente su atención del sentimiento maligno de la ira y se centran en los demás y sus necesidades. Prefieren evitar el conflicto subordinándose y, impulsados por una fuerte necesidad de armonía, haciendo lo que su interlocutor quiere o dice.
Las personas altamente sensibles y empáticas son especialmente propensas a exhibir este patrón. Debido a que a menudo se les ha dicho que ellos, o mejor dicho, sus sentimientos, son "demasiado" o "demasiado dramáticos", ahora se retraen y se centran en las necesidades de los demás en lugar de lidiar con sus propios sentimientos de ira.
2. DepresiónLos psicoanalistas saben desde hace tiempo que la ira reprimida suele retraerse, lo que puede conducir a la depresión . Las personas con esta tendencia suelen sentirse tristes, desesperanzadas y apáticas sin motivo aparente: síntomas clásicos de la depresión.
Estas personas a menudo aprendieron este patrón de comportamiento desde una edad temprana. Su mecanismo de defensa en situaciones difíciles era identificarse con el agresor, por ejemplo, si sufrieron acoso escolar de niños. Una parte de su psique adoptó entonces el tono del acosador, y esta voz excesivamente crítica los persigue hasta el día de hoy.

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Otra señal de ira reprimida puede ser la autocomplacencia. Esto puede ser especialmente común en personas propensas al perfeccionismo y a trastornos obsesivo-compulsivos. Estas personas tienen expectativas muy altas, tanto de sí mismas como de los demás. Cuando otros no cumplen con estas expectativas, se frustran y resienten porque otros se salen con la suya mientras que ellos se esfuerzan tanto.
Esta autocomplacencia no suele estar asociada con la ira, porque las personas con tales tendencias suelen parecer muy controladas y tensas.
4. Comportamiento pasivo-agresivoOtras personas tienden a descargar su ira con los demás de maneras más sutiles. Por ejemplo, olvidan deliberadamente citas y promesas que le hicieron a otra persona, o no responden mensajes. Estos comportamientos pasivo-agresivos pueden dañar permanentemente una relación. Pero en lugar de desahogar su ira y hablar sobre lo que les enoja tanto, descargan su frustración con la otra persona de esta manera.
5. ParanoiaLa paranoia es una señal de advertencia menos común de ira reprimida. En lugar de decir que algo les molesta, estas personas proyectan sus sentimientos en los demás. Se convencen de que los demás están enojados con ellas, aunque en realidad son ellas quienes sienten la ira. A estas personas les suele resultar difícil confiar en los demás. Ven el mundo como un lugar frío y asumen lo peor en prácticamente cualquier situación. Esto se debe a que constantemente asumen que los demás están enojados con ellas, en lugar de aceptar sus propias emociones de ira y frustración.
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