Puedes comprar este superdeportivo de motor central por el mismo precio que un BMW M3

Por un lado, está el misil estadounidense con motor central V8: el C8 Corvette Stingray . Por otro, el asesino más formal de las carreteras secundarias alemanas: el M3 Competition xDrive . Uno es un extrovertido musculoso con camiseta de tirantes, el otro viste Moncler y pega como un cirujano.
Ambos te costarán unos 200.000 dólares con el coche incluido, dependiendo de tus opciones. Misma moneda, energía muy distinta.
El Stingray ofrece un motor V8 atmosférico de 6.2 L que genera 369 kW y 637 Nm, y acelera de 0 a 100 km/h en unos 3,5 segundos. Tiene tracción trasera, es bajo y se siente como una nave espacial intentando seducirte.
El M3, por su parte, utiliza un motor de seis cilindros biturbo de 3.0 litros con 375 kW y 650 Nm, que distribuye la potencia a las cuatro ruedas con la precisión de un francotirador. Es brutal, rápido y tan sutil como una cara de póquer en el Crown Casino.

En el interior, la cabina del Stingray es pura teatralidad: líneas de caza, costuras rojas y botones para todos los días. El M3 apuesta por la elegancia con pantallas curvas, lujo táctil y la tecnología justa para recordarte que estamos en 2025.
Además, puedes llevar a un par de amigos en la parte trasera sin aplastarles las rodillas, algo que haría reír al Corvette antes de acelerar.
Pero aquí está el giro.

El Corvette no es tan poco práctico como parece. De hecho, cabe un juego completo de palos de golf en el maletero. Incluso viene con un elevador delantero para que puedas sortear los montones de hojas en la entrada de tu casa en Toorak sin arañar ese morro puntiagudo.
Se trata de un vehículo de uso diario camuflado en un superdeportivo, que hace que el servicio de valet parking sea mucho más interesante.
Entonces, ¿cuál es tu vibra?
El BMW M3 sigue siendo el referente para quienes se preocupan por el espacio del maletero y los niños feos en el asiento trasero. Pero si quieres despertarte cada mañana y sentirte como si estuvieras viviendo en tu propia versión de Rápidos y Furiosos, el Stingray se ha convertido en una opción muy real y muy ruidosa.
Mismo precio. Dos tipos de locura muy distintos. Nos gusta la locura.
dmarge