La vida salvaje de Dom Joly, la estrella de Trigger Happy, desde su despido y arresto hasta su regreso

Dom Joly , ahora padre de 57 años y con dos hijos adultos, está empacando sus extravagantes disfraces (incluido ese teléfono de un metro) y emprendiendo una gira en vivo del espectáculo.

Es su primer monólogo, a pesar de que lleva décadas en el mundo de la comedia, y los nervios aumentan. “Solo he hecho un espectáculo en vivo y fue el Secret Policeman’s Ball”, sonríe.

“Así que mi primera experiencia en vivo fue en el Wembley Arena … desde entonces todo ha ido cuesta abajo”. Trigger Happy TV se emitió en el Canal 4 entre 2000 y 2003, una idea de Dom y su amigo Sam Cadman, que capturaron los disparatados sketches de Dom en cámara.

Durante el programa de media hora, Dom se disfrazó de cualquier cosa que él y Sam pudieran encontrar en su tienda de disfraces favorita de Camden (una ardilla del tamaño de un hombre, un boy scout, un gorila empuñando un bate de béisbol) y fueron al pub local para decidir los pasos a seguir. "Nunca escribí nada antes de filmar, simplemente lo inventé en el momento. Todo en Trigger Happy solo intentaba hacer reír a Sam", confiesa Dom.

Así fue como se encontró con un disfraz de caracol gigante y gateando por el famoso paso de cebra que hay a las afueras de los estudios Abbey Road, para disgusto de los conductores que se vieron obligados a parar y esperarlo. "La primera toma fue perfecta", recuerda. "Estábamos tan llenos de adrenalina que sabíamos que lo habíamos logrado, pero lo volvimos a hacer. Y la segunda vez, el coche que se detuvo abrió las puertas y salieron unos policías. Intentaron arrestarme como el caracol".

El programa dependía de que el público, desprevenido, participara en las bromas de Dom, y el giro más inesperado se producía a menudo cuando la cámara dejaba de grabar. "Perdí la cuenta de la cantidad de personas que se negaron a firmar formularios de autorización porque las habían captado en cámara con alguien que no era su marido o esposa", confiesa. "Una vez hicimos algo en el cine Prince Charles [en el West End]; eran las dos de la tarde de un martes.

"Hicimos el chiste, luego paramos la película y nos disculpamos con el público, explicamos que habíamos estado filmando para un programa de televisión y pedimos que cualquiera que no quisiera salir en televisión nos lo hiciera saber. ¡Seis parejas se levantaron y resultó que todas tenían una aventura! Me sorprendió la cantidad de personas que nos encontramos que tramaban algo malo".

El momento más famoso de Dom es, irónicamente, el que menos le gusta: ese enorme teléfono. Apenas unos días después de que se emitiera el primer episodio en enero de 2000, estaba en un tren cuando escuchó ese tono de llamada de Nokia que ahora nos resulta familiar. “Tres personas se pusieron de pie y gritaron: '¡HOLA! ¡SÍ, ESTOY EN EL TREN, ES UNA BASURA!'. Yo estaba como, 'Mierda. ¿Qué está pasando?'”. Es una frase que lo ha perseguido durante 25 años. “Juro que no hay un día en el que no suceda. Incluso en el camino hacia aquí, un tipo me vio y gritó: '¡HOLA!'. ¡Y 25 años después, todavía no tengo una buena respuesta para eso! Algo como: '¡Sí, hola!'”.

Por supuesto, no todas las ideas funcionaron. “Muchas escenas salieron mal, pero la peor que hicimos fue con Sarah Ferguson”, se queja. “Estábamos caminando por el cuartel del duque de York en King's Road y había una fiesta, así que entramos y pedimos algunas bebidas gratis. De repente, vimos a Fergie sentada sola en la esquina, así que le dijimos: 'hagámoslo'. Nos acercamos a ella, parecía asustada y le puse el micrófono en la cara y le dije: 'Buenos días, Su Majestad, está en vivo en Good Morning Mexico. ¿Tiene algo que decirle a la gente de México?'

Ella empieza a parlotear frente a una cámara diminuta y, después de un rato, le pido que haga una pausa porque hemos hecho una pausa publicitaria y ¿podría quedarse congelada? Y durante tres minutos, Sam, la duquesa de York y yo nos quedamos congelados en medio de una fiesta de bebidas. Y luego nos largamos. Cuando volvemos a nuestra oficina, hay un fax de sus abogados y, lamentablemente, nunca pudimos mostrar el material.

El camino de Dom hacia la comedia fue tan desconcertantemente extraño como algunos de sus sketches. Nacido en Beirut de padres británicos, pasó sus primeros años escuchando bombas y disparos de ametralladoras mientras el Líbano se desgarraba en pedazos en la guerra civil. Anteriormente había hablado de experimentar ansiedad y depresión, y ahora dice que "probablemente tiene algo de estrés postraumático" de esos tiempos.

A los siete años, entró en un internado en Oxford. “Lo odiaba”, dice fervientemente. “Mi padre también fue a los siete años y, de esa manera tan británica, pensó: 'Haré lo mismo'. Así que entre los ocho y los doce años fui al colegio con la mayor parte del último gabinete tory, Tim Henman y algunos de Radiohead. Fue muy extraño”.

Tras licenciarse en Ciencias Políticas, Dom trabajaba como mensajero en la cadena MTV cuando le ofrecieron un trabajo como diplomático en Praga, gracias a su fluidez en cuatro idiomas (árabe, checo, francés e inglés). Pasó un año allí, apenas seis meses después de la Revolución de Terciopelo, cuando Frank Zappa y Lou Reed eran cónsules honorarios. “Todos los miembros del gobierno eran figuras de la oposición, poetas y todo eso. Y fue increíble”, afirma.

A su regreso al Reino Unido, Dom encontró trabajo como productor de televisión y lo enviaron a entrevistar a políticos fuera del parlamento. “No podía tomármelo en serio, así que solía hacer que la gente se metiera en el fondo de la escena”, admite.

“Una vez estábamos entrevistando a [el ex ministro conservador] David Mellor sobre el vandalismo en el fútbol y conseguí que algunos amigos jugaran a la pelota cerca. Pero cuando les hice la señal, la pelota se fue directo a la cara de David Mellor y, por supuesto, apareció en el boletín principal de las noticias”. Dom fue despedido rápidamente.

Afortunadamente, encontró rápidamente un trabajo en The Mark Thomas Comedy Product, una serie documental de 1996 que combinaba el surrealismo con la política seria para resaltar temas de actualidad. El primer día de Dom consistió en conducir un tanque, un coche de payasos y un jacuzzi por el drive-thru de un McDonald's.

Después de eso trabajó en War of the Flea de Paramount Comedy, donde llenó el jardín de Peter Mandelson con Millennium Domes y “se burló” de Cool Britannia. “Se estaba volviendo bastante de culto; hasta Oasis lo estaba viendo. Conocí a Noel [Gallagher] y me dijo que él y Liam solían ver nuestras cosas”, recuerda Dom.

Poco después, el Canal 4 llamó a su puerta. La directora de comedia, Caroline Leddy, le dijo a Dom que se olvidara de sus planes de crear otra sátira política y, en su lugar, le ordenó que "hiciera algo gracioso". Contrató al entonces barman Sam para que fuera su camarógrafo y su programa fue un éxito.

Aunque Trigger Happy tenía millones de seguidores, el padre de Dom, John, nunca la vio. La relación entre ambos se había deteriorado durante los días de colegio de Dom y, después de que sus padres se separaran, apenas hablaron durante 15 años. “Era tan de la vieja escuela que el único consejo que me dio fue: 'Solo puedes dejar un trabajo una vez, pero después de eso nadie confiará en ti'”. Se reconciliaron diez años antes de la muerte de John, después de que le diagnosticaran demencia.

“Se convirtió en una persona muy blanda y yo me hice amigo de alguien que no era mi padre”, dice Dom. Su madre, por su parte, estaba “muy orgullosa” de su trabajo en televisión y lo apoyaba sin importar lo que hiciera. “Una vez vino a verme cuando estaba en una banda gótica y parecía que había engordado. Pero luego me mostró que se había atado cuatro almohadas alrededor del cuerpo porque pensó que el sonido del escenario le iba a romper las costillas”.

La familia de Dom -su esposa Stacey, una escultora "completamente sin sentido del humor" que no tiene nada que ver con su comedia, y sus hijos Parker, de 25 años, y Jackson, de 21- le brindan la mayor alegría, junto con sus perros , cerdos y su colección de animales, que mantienen en su casa de Cheltenham.

Él y Stacey celebrarán su 25º aniversario de bodas este año y esperan visitar su “lugar feliz” en Muskoka, al norte de Toronto, en Canadá. “Ella es una artista, tiene los pies en la tierra, pero tiene suficiente sensibilidad artística para soportar mi idiotez”, dice Dom riendo. “Durante diez años me dejó ir y hacer cosas; es increíble”.

*Únete a Dom y Sam en su gira de cuatro fechas de Trigger Happy TV - Live!, que comienza el 7 de octubre. Las entradas salen a la venta a partir del viernes (28 de febrero) a las 10 a. m. en Ticketmaster.